RESPONSABILIDAD ANTE LA POLICRISIS
Del 3 al 5 de marzo de este año 2025 ha tenido
lugar la asamblea general de la Academia Pontificia para la Vida, bajo el lema
“¿Fin del mundo? Crisis, responsabilidad y esperanzas”.
Fechado en el Policlinico Gemelli, el papa
Francisco ha enviado a los académicos un mensaje que contiene puntos muy interesantes.
1. La Academia para la Vida abordaba la actual
«policrisis», es decir esta coyuntura en la que confluyen guerras, cambio
climático, problemas energéticos, epidemias, migraciones y la innovación
tecnológica. Ante estas dificultades hemos de reflexionar sobre del destino del
mundo y nuestra comprensión del mismo.
2. Si nos resistimos al cambio, seguiremos
haciendo lo que hemos hecho con otras crisis. De hecho, hemos desaprovechado la
pandemia del covid. Podríamos haber promovido la transformación de las
conciencias y las prácticas sociales.
3. No podemos quedar anclados en nuestras
costumbres y en nuestros miedos. Hemos de prestar atención a los conocimientos
científicos, que nos revelan que nuestros juicios sobre la antropología y las
culturas exigen una profunda revisión.
4. Escuchar a las ciencias nos ofrece nuevos
conocimientos sobre la estructura de la materia y la evolución de los seres
vivos. Nuestra forma de entender la «creación continua» debe ser reelaborada. No
será la tecnocracia la que nos salvará.
5. Favorecer una desregulación utilitarista
y neoliberal a escala planetaria significa imponer la ley del más fuerte, una
ley que deshumaniza.
6. El Papa cita a Teilhard de Chardin y su
intento de dialogar con las ciencias, practicando el encuentro entre las
diversas disciplinas. Él subrayó la relación entre todas las cosas, poniendo
al homo sapiens en conexión con todo el sistema de los seres
vivos.
7. En este año jubilar, recordamos que la
esperanza es la actitud fundamental que nos sostiene en el camino. “No consiste
en esperar con resignación, sino en tender con ímpetu hacia la vida verdadera,
que va mucho más allá del estrecho perímetro individual”.
8. Ante la irrelevancia de los organismos
internacionales, preocupados por proteger intereses particulares y nacionales, debemos
apoyar a “organizaciones mundiales más eficaces, dotadas de autoridad para
asegurar el bien común mundial, la erradicación del hambre y la miseria y la
defensa segura de los derechos humanos fundamentales”.
9. Hay que promover un multilateralismo que no
dependa de las circunstancias políticas cambiantes o de los intereses de unos
pocos y que tenga una eficacia estable. Se trata de una tarea urgente que
concierne a toda la humanidad.
10. Que la esperanza nos ayude a caminar hacia “el nuevo cielo y la nueva tierra” como nos invita la Biblia (Ap 21,1).
José-Román Flecha Andrés