LA HIGUERA Y LA ESPERANZA
“Entonces
se salvará tu pueblo: todos los inscritos en el libro” (Dan 12,1). En esta
profecía de Daniel, se encuentra la buena noticia de la salvación para los que estén
inscritos en el libro de la vida.
Pero
este anuncio es una exhortación. Solo brillarán como estrellas en el firmamento
los que hayan ganado la sabiduría de los justos, para enseñar a los demás el
camino de la justicia.
Ese horizonte aparece también en la oración
del que escucha la voz de Dios: “Me enseñarás
el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu presencia, de alegría perpetua
a tu derecha“ (Sal 15,11).
La fe nos lleva a una esperanza compartida. Si el justo espera encontrarse con el Señor, también Cristo aguarda a “los que van siendo santificados” (Heb 10,14).
LOS SIGNOS DE LOS TIEMPOS
En
el evangelio de este domingo, Jesús anuncia a sus discípulos tiempos de
desolación, en los que los astros temblarán y caerán de los cielos. Será un
momento de crisis para todos los que han adorado a los astros.
Sin embargo, el discurso se centra en la
figura del Hijo del hombre. Es importante saber y creer que el Señor
manifestará su poder y su gloria (Mc 13,24-32). Eso es lo que afirmamos en el Credo,
al confesar que Jesucristo “vendrá con gloria para juzgar a vivos y
muertos”.
Además, en el texto evangélico se incluye una breve parábola. Cuando en las ramas de la higuera aparecen las yemas, deducimos que se acerca el verano. Jesús nos advierte que es preciso observar los signos de los tiempos para percibir su presencia en el mundo y su juicio sobre la historia humana.
NUESTROS PROYECTOS
•
“El cielo y la tierra pasarán”. Bien sabemos que todo en este mundo tiene fecha
de caducidad. No podemos poner nuestra confianza solo en la técnica, en las
promesas políticas o en una información manipulada. La espera del Señor juzga todas
nuestras estructuras.
•
“Mis palabras no pasarán”. Todo es efímero, pero la palabra del Señor nos guía
mientras vamos haciendo camino. Gracias a ella podemos distinguir el bien y el
mal. La palabra del Señor nos alienta en
el presente y nos juzgará en el futuro.
- Señor Jesús, confiamos demasiado en esos ídolos que nos hemos creado. Pero una guerra, una tempestad o una riada pueden desbaratar todos nuestros proyectos. Tu palabra nos revela la verdad del mundo y de la historia. Que la fe nos ayude a escuchar tu voz, a vivir en la esperanza y a producir los frutos del amor. Amén.
José-Román Flecha Andrés