martes, 16 de julio de 2024

CADA DÍA SU AFÁN -- 20 de julio de 2024

 

                                                         

UNA ÉTICA PARA LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL 

El día 14 de junio de este año 2024 un papa participaba por primera vez en una sesión del G7. En esta ocasión el papa Francisco pronunció un interesante discurso en el que trataba de ofrecer una “reflexión sobre los efectos de la inteligencia artificial en el futuro de la humanidad”.

Según el Papa, “todos somos entusiastas cuando imaginamos los progresos que se pueden derivar de la inteligencia artificial, pero, al mismo tiempo, nos da miedo cuando constatamos los peligros inherentes a su uso”.  

De hecho, “la inteligencia artificial podría permitir una democratización del acceso al saber, el progreso exponencial de la investigación científica, la posibilidad de delegar a las máquinas los trabajos desgastantes; pero, al mismo tiempo, podría traer consigo una mayor inequidad entre naciones avanzadas y naciones en vías de desarrollo, entre clases sociales dominantes y clases sociales oprimidas, poniendo así en peligro la posibilidad de una cultura del encuentro y favoreciendo una cultura del descarte.

Como evocando una conocida expresión de Ludwig Otto, la inteligencia artificial puede verse como un instrumento fascinante y tremendo al mismo tiempo. No siempre las conquistas humanas favorecen el ansia de realización de la persona y de la sociedad. Solo si se garantiza su vocación al servicio de lo humano, los instrumentos tecnológicos revelarán la grandeza y la dignidad única del ser humano.  Hablar de tecnología significa hablar de ética.

El Papa incluye la diferencia entre la elección y la decisión. Si las máquinas parecen saber elegir de manera independiente, “al ser humano le corresponde siempre la decisión, incluso con los tonos dramáticos y urgentes con que a veces ésta se presenta en nuestra vida”.

El buen uso de la inteligencia artificial no estará plenamente bajo el control ni de los usuarios ni de los programadores que definieron sus objetivos iniciales. Los seres humanos han modelado un instrumento complejo, pero este modelará aún más su existencia.

El Papa incluye en su discurso algunas reflexiones sobre el uso de la inteligencia artificial en la fabricación y uso de las armas y en la toma de decisiones en el ámbito jurídico y penal. Y señala que la inteligencia artificial no es otro ser humano y no puede proponer principios generales.

Por otra parte, la inteligencia artificial no siempre ayudará a los estudiantes a ser realmente creativos y críticos. La educación, debe ayudarles a reflexionar, pero puede reducirse a una repetición de nociones, que se considerarán incontestables.

Es necesario que la inteligencia artificial se ponga al servicio de la dignidad de la persona y se oriente a la búsqueda de lo que es bueno y justo. Ha de colaborar a la construcción del bien y de un futuro mejor.  Debe contener una inspiración ética.

                                                                                  José-Román Flecha Andrés