EL SIGNO DEL POLLINO
“El Seño lo necesita”
(Mc 11,3)
Jesús nos prometió que estará siempre con nosotros.
El domingo de Ramos nos recuerda su venida a “nuestra ciudad” ¿Estamos
dispuestos a acogerlo con fe y gratitud?
La procesión de “la borriquilla” es muy popular en
nuestra Semana Santa. ¿Nos ayuda a meditar la decisión de Jesús de afrontar su
pasión y su muerte por nosotros?
Jesús entra en Jerusalén aclamado por los pobres,
que ven en él la misericordia de Dios, y rechazado por los que no creen
necesitarlo. ¿Con quién nos identificamos nosotros?
Es interesante oír a Jesús manifestar que “necesita”
el pollino. ¿Somos consciente de que el Señor necesita de nosotros para hacerse
presente en nuestra sociedad?
Los dueños
del pollino se lo prestaron a Jesús. ¿Somos nosotros tan generosos para ofrecer
lo nuestro de modo que él pueda llevar a cabo su misión?
El signo del pollino es más importante de lo que
parece. Si Jesús necesita de nosotros ¿no deberíamos nosotros decir con la
oración de Pablo VI que él nos es necesario?
¿No será esta la hora de preguntarme con qué razón
me resisto yo a prestar al Señor algo de lo que considero como mi propiedad
exclusiva?
Jose-Román Flecha