LO HUMANO
Dirigiéndose a la Pontificia Academia para la Vida, el papa Francisco se hizo una pregunta sobre lo que califica al ser humano que se ha hecho más urgente ante las nuevas tecnologías. Y añadió tres advertencias importantes:
• No es posible estar a priori a
favor o en contra de las máquinas y de las tecnologías.
• No vale la distinción entre procesos
naturales y artificiales, viendo los primeros como humanos y los segundos como
ajenos o contrarios a lo humano.
• Para conjurar la hegemonía tecnocrática es
necesario inscribir el conocimiento científico y tecnológico en un
horizonte de sentido más amplio,
El Papa aludió al tentativo
de reproducir el ser humano con los medios y la lógica de la técnica, que
reduciría lo humano a actuaciones reproducibles a partir de un lenguaje
digital.
La confusion de las lenguas ante la Torre
de Babel no es un castigo de Dios, sino que pretende corregir la deriva hacia
un "pensamiento único". Los seres humanos han de enfrentarse a
la limitación, a la vulnerabilidad, al respeto de la
alteridad y al cuidado mutuo.
La ciencia y la tecnología llevan al ser
humano a sentirse capaz de producir la imagen y la semejanza de la vida
humana, incluida la capacidad de lenguaje de las "máquinas
parlantes". Ante la tentación de
infundir espíritu a la materia inanimada se plantean estos desafíos:
1. Discernir cómo ejercer responsablemente
la creatividad humana.
2. Investir los talentos recibidos
impidiendo que el ser humano se desfigure y que se anulen las diferencias
constitutivas que dan orden al cosmos.
3. Desarrollar una cultura capaz
de reconocer y promover lo específicamente humano.
4. Explorar si esta especificidad no se
encuentra ya en la fase precedente al lenguaje, en la esfera
del pathos y de las emociones, del deseo y de
la intencionalidad.
5. Advertir que solo un ser humano puede
convertir este deseo en una relación a favor de los demás, asistido por la
gracia del Creador.
6. Comprender que la cultura modela las
fuerzas espontáneas de la vida y de las prácticas sociales.
7. Realizar un diálogo que vaya
más allá de la yuxtaposición de los saberes.
8. Reeleborar los conocimientos, a través
de la escucha mutua y de la reflexión crítica.
9. Promover una investigación exigente, con
atención, libertad de espíritu y apertura a los caminos inexplorados, sin una estéril
marcha atrás.
10. Cuestionar las opiniones adquiridas y
los supuestos no examinados críticamente.
El cristianismo ha tomando
de cada cultura las tradiciones de sentido que allí encontraba inscritas, y
las ha interpretado a la luz de la relación con el Señor, que se revela en el
Evangelio, y sirviéndose de los recursos lingüísticos y conceptuales habituales.
José-Román Flecha Andrés