LA PLENITUD
“No creáis que he venido a abolir la Ley y los profetas.
No he venido a abolir, sino a dar plenitud”
(Mt 5,17)
1. Jesús es un judío y respeta las
leyes y tradiciones de su pueblo. Pero quiere mostrar a sus seguidores el
sentido profundo de las mismas. ¿Leemos nosotros los mandamientos con el
espíritu de Jesús?
2. Jesús dirige estas palabras a los
que ya han decidido seguir sus pasos y escuchar su mensaje. ¿Qué puede
significar para los creyentes de hoy esa opinión que Jesús trata de rechazar?
3. En cada época de la historia,
muchos tienden a negar el valor de los valores e ideales que han recibido de
sus antepasados. ¿Qué denota esa tendencia de las personas y de las instituciones?
4. ¿Qué puede significar y exigir en
esta cultura llamada “líquida”, marcada por el signo del relativismo, reconocer
la plenitud que el mensaje de Jesús concede a los mandamientos?
5. Según el texto evangélico, Jesús
analiza los valores implicados en algunos de los mandamientos del Decálogo.
¿Cómo son percibidos en el día de hoy esos valores humanos y humanizadores?
6. ¿A qué actitud o prejuicios se
debe que en algunas ocasiones caigamos en el defecto de conceder valor a uno de
estos mandamientos, mientras ignoramos o despreciamos a otros?
7. En una cultura que aparentemente
promueve y defiende la libertad individual, como si fuera la fuente de los
valores morales, cómo se puede vivir, defender y promover los valores
implicados en los mandamientos?
José-Román Flecha Andrés