EL BAUTISMO
“Este
es mi Hijo amado, en quien me complazco”
(Mt 3,17)
1. En el bautismo de Jesús se nos
revela la presencia del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo en la historia de
la salvación. ¿Somos conscientes de la intervención de la Santísima Trinidad en
nuestra vida de fe?
2. Jesús es el Hijo amado del Padre.
Frente al carácter temible de las divinidades de otros pueblos y de otras culturas ¿percibimos y agradecemos la manifestación del amor del Padre
celestial?
3. El papa Francisco insiste una y
otra vez en invitarnos a recordar y celebrar la fecha de nuestro bautismo.
¿Valoramos como se debe ese sacramento que evoca y significa nuestro primer
paso por el camino de la fe?
4. Conocemos a algunos amigos y
familiares que no han pedido el bautismo para sus hijos. ¿Nos hemos preguntado
qué significa y comporta esa indiferencia tanto en la familia como en la
comunidad cristiana?
5. Suponiendo que sepa la fecha
exacta de mi bautismo, ¿cómo suelo yo celebrar ese aniversario de mi nacimiento
a la vida de la fe?
6. En la celebración de la Vigilia
Pascual se nos invita a renovar las renuncias y las promesas bautismales. ¿Me
he detenido a considerar lo que implican unas y otras?
7. Aprecio la belleza del bautismo
de niños y de adultos. ¿He reflexionado sobre el profundo mensaje que se
trasmite en los gestos y los signos que integran esa celebración? ¿Lo he
explicado alguna vez a otras personas?
José-Román Flecha Andrés