lunes, 19 de septiembre de 2022

CADA DÍA SU AFÁN 25 de septiembre de 2022

 

CARTA SOBRE EL GOBERNADOR

En el librito “Ilustrísimos señores”, se recogieron en su día las cartas que el patriarca Albino Luciani había escrito a célebres personajes en la revista “Mensajero de San Antonio”. A  Dickens le escribía: “Querido Dickens, soy un obispo que se ha impuesto la extraña tarea de escribir cada mes... una carta a un personaje ilustre”.

Pues bien, en agosto de 1972 dirigía su carta a don Gonzalo Fernández de Córdoba, gobernador español del estado de Milán, mencionado por Manzoni en su novela “Los novios”.

En su escudo  aparecía un rey moro encadenado por el cuello. Ante esa imagen  Renzo comentó: “Esa cara quiere decir que manda el que puede y obedece el que quiere”. Aquella observación le costó muy cara.

En su carta, Luciani advierte que por esa frase Renzo habría sido hoy calificado de profeta, de carismático, de teólogo, y aquel gobernador español sería tachado de represor de la dignidad y libertad humanas.

Además, evoca las revoluciones de aquellos años, que se manifestaban en la guerrilla urbana y el terrorismo que dominada a la mayoría silenciosa y hasta se  infiltraba  en el sistema educativo católico.

Se decía por entonces que la democracia occidental era un montón de escombros y que el comunismo soviético estaba ya superado. Así que la tercera vía, la de Mao,  liberaría al mundo, porque en realidad era la del Evangelio.  

Pues bien, en este contexto, el arzobispo Albino Luciani examina cinco conceptos que se habían convertido en lemas habituales.

• ¿Respeto a las personas? Sí, pero por mantener ese ideal del respeto, los obispos no pueden descuidar el bien común, permitiendo la indisciplina y la anarquía.

• ¿Más carismas y menos instituciones? Bueno, pero algunas instituciones arrancan de Cristo y no se pueden tocar, aunque otras son humanas y han de ser cambiadas, siguiendo la ley de la historia.

 • ¿Más libertad y menos legalismo? De acuerdo, pero también Cristo prescribió algunas normas. Y Pablo recuerda a los Gálatas que han sido llamados a la libertad, pero esa libertad no ha de servir de pretexto a lo que él llama “las obras de la carne”.

  ¿Corresponsabilidad? Sí. Los pastores no han sido instituidos por Cristo para asumir en solitario el peso de la misión salvadora de la Iglesia.  Y los laicos no reduzcan su corresponsabilidad a la protesta y ofrezcan propuestas realistas y prácticas.

• ¿Diálogo? Lo pide el Concilio y hay que practicarlo con buena voluntad por ambas partes. Pero el diálogo no es una varita mágica. “Sólo es útil en la medida en que los dialogantes tienen confianza en él y observen sus justas reglas”.

Ha pasado medio siglo. Tanto la situación mundial como la eclesial han cambiado notablemente. Aquel patriarca de Venecia fue elegido papa. Y ahora vemos que las intuiciones del ya beato Juan Pablo I siguen teniendo actualidad.

                                                                             José-Román Flecha Andrés