lunes, 13 de junio de 2022

CADA DÍA SU AFÁN - 18 de junio de 2022

 

LA FUENTE DE LA CARIDAD

 “La eucaristía es el sacramento de la caridad. Es como su figura y su fuente”. Es oportuno recordar esta frase de Santo Tomás de Aquino ante la fiesta del Cuerpo y de la Sangre de Cristo. Como es habitual, en ella se celebra el día de la caridad.  

El día 31 de mayo de 1956, Juan Bautista Montini, por entonces arzobispo de Milán, exponía seis razones por las que pueden unirse esos dos conceptos.   

1. La eucaristía es un don.  Bien sabemos que el don personal es el signo privilegiado del amor verdadero entre las personas. Y sabemos también que en la eucaristía Jesucristo se nos entrega como el gran regalo de Dios.

2. La eucaristía es alimento para la vida. Todas las personas que aman han experimentado que el amor les ofrece razones y medios para sostener la vida. Y eso es una espléndida realidad en este sacramento.

3. La eucaristía es recuerdo. Nuestra experiencia nos dice que para que el amor no se enfríe ni decaiga es preciso recordar el pasado.  Y recordar es pasar las memorias por el filtro del corazón. La eucaristía evoca la entrega de Jesucristo.

4. La eucaristía es presencia. El amor se vive en un presente que quisiéramos detener para siempre. Pero ninguna presencia humana es un signo más evidente del amor que esta presencia de Cristo en el pan y en el vino.   

5. La eucaristía es promesa. Ahora bien,  el amor no solo mira al pasado ni se estanca en el presente, sino que vuelve la mirada hacia el futuro. Quien ama de verdad siempre tiene una promesa que ofrecer. En este sacramento Cristo nos promete una convivencia eterna.

6. La eucaristía es finalmente sacrificio. Sacrificarse por la persona amada es el mayor signo del amor verdadero.  El sacramento de la eucaristía recuerda y actualiza la caridad de Cristo, que se ha ofrecido e inmolado por nosotros.  

Tras esta exposición de la eucaristía como figura del amor, añadía el arzobispo Montini: “No se puede tener un concepto de la eucaristía, por simple y elemental que sea, sin comprender que quiere significar amor”.

Según el futuro papa Pablo VI, la eucaristía no solo significa el amor, sino que lo produce: “La eucaristía es fuente de esa caridad que se vierte sobre las almas… Al hombre no se le dará ningún estímulo mayor que este para amar a Cristo, a Dios y a los hermanos”. 

Este es el misterio de nuestra fe. Y el aliento para el servicio a los demás. Si participamos en la celebración del sacramento del amor, no podemos vivir después en el egoísmo y en la indiferencia.

Celebrar la eucaristía nos lleva a hacernos eucaristía en la vida diaria. La fiesta del Corpus nos exhorta a entregarnos con sinceridad y eficacia a los hermanos y hermanas. Son muchos los que necesitan una mano compasiva, durante y después de la pandemia.

                                                                             José-Román Flecha Andrés