lunes, 25 de junio de 2018

CADA DÍA SU AFÁN 30 de junio de 2018

LA HORA DE LA EVALUACIÓN

Al final del año escolar, en muchos ambientes surgen las preguntas y las dudas sobre la evaluacion de los escolares. Sobre todo cuando se trata de evaluar la materia relativa a la enseñanza religiosa. Son muchos los que se preguntan cómo se puede dar una nota a los alumnos que han cursado la asignatura de religión.
Ante estas dudas, seguramente es  oportuno recordar una vez más las dos preguntas que Jesús dirige a sus discípulos, allá por la región de Cesarea de Filipo:  “¿Quién dicen los hombres que soy yo? ¿Y vosotros quién decís que soy yo?” (Mc 8,27.29).
Los relatos de Mateo y de Marcos sitúan estas preguntas de Jesús en la región de Cesarea de Filipo. Allí se encontraba por entonces un área sagrada, con pequeños templos dedicados a las divinidades paganas, cuyos restos pueden verse todavía en la actualidad. Y por allí brotaban y brotan algunas de las fuentes del Jordán. 
Pronunciadas en aquel lugar, estas preguntas de Jesús podrían evocar en la mente de los discípulos la figura del profeta Elías, el fuerte defensor de la majestad del Dios único.  De todas formas, las dos preguntas de Jesús a sus discípulos interpelan a todos sus seguidores, los de entonces y los de ahora.
• “¿Quién dicen los hombres que soy yo?” Esta primera pregunta requiere ciertamente una decidida disposición para la observación y la escucha. Es una pregunta a la que puede responder quien tenga la suficiente información. También hoy puede ser respondida por creyentes y por no creyentes. Esta pregunta pueden articular la enseñanza de la religión, puede “entrar” en un examen y puede ser evaluada.  
   “¿Y vosotros quién decís que soy yo?” A diferencia de la primera, esta segunda pregunta de Jesús no apela al conocimiento de los discípulos, sino a su propia experiencia. No requiere solamente una información especial, sino el testimonio de una vivencia personal.  Jesús pregunta a sus discípulos quién es él para ellos. Eso equivale a preguntarles por qué le siguen y cuál es su perspectiva de futuro junto al Maestro. 
También hoy, esta segunda pregunta puede dirigirse a todos nosotros. Pero nunca podremos responderse por medio de la erudición. Esta pregunta no apela a la ciencia sino a la creencia; es decir no evoca los “saberes”, sino los “sabores”. Seguramente será imposible someterla a una evaluación académica.
A esta pregunta de Jesús responde Simón Pedro, diciendo: “Tú eres el Cristo”. Pedro reconoce a Jesús como el Mesías, o el Ungido por Dios. Para él, Jesús no es sólo uno más de los profetas que anunciaban y preparaban la venida del Mesías.
Con Jesús llegan los tiempos esperados desde antiguo. Los que lo reconocen como el Mesías enviado por Dios son sus verdaderos seguidores. Ellos han de tomar la cruz y seguirle. Esa es la señal de los verdaderos discípulos.
                                             José-Román Flecha Andrés