LA PAZ DE JESÚS
“La paz os dejo, mi paz os doy;
no os la doy yo como la da el mundo”
(Jn 14,27)
1.
¿Cómo
se manifiesta esa paz del mundo, con la cual no se identifica la paz que Jesús
deja a sus discípulos?
2.
¿Por
qué razones parece tan difícil y tal vez imposible que se extienda por el mundo
una paz universal y duradera?
3.
¿Cómo
se podría identificar y describir hoy el sentido y la vivencia de la paz que
Jesús dice habernos dejado como su herencia?
4.
¿Se
puede decir que los que nos decimos seguidores de Jesús estamos viviendo de
verdad esa paz que él nos dejó?
5.
¿Cómo
podremos los cristianos dar testimonio de la paz evangélica y promoverla en los
diversos ambientes de nuestra sociedad?
6.
¿Estamos
educando a las nuevas generaciones para que acepten, viven y promuevan la paz
que el Maestro nos dejó?
7. ¿Y yo agradezco al Señor el don de su paz y pido al Espíritu que me ayude a vivir y anunciar el tercero de los frutos que le atribuye san Pablo? (Gál 5,22).
José-Román Flecha