domingo, 20 de septiembre de 2020

CADA DÍA SU AFÁN 19 de septiembre de 2020

EL JUBILEO DE LA TIERRA

El primer día de septiembre los cristianos iniciamos el Tiempo de la Creación, que finaliza el 4 de octubre, en memoria de san Francisco de Asís. En este año 2020, en el que se cumplen 50 años del Día de la Tierra, celebramos este Tiempo de la Creación como un “Jubileo de la Tierra”. En el mensaje que nos ha dirigido el papa Francisco lo presenta  como un tiempo sagrado para recordar, regresar, descansar, reparar y alegrarse.

1. Un tiempo para recordar que estamos llamados a ser una comunidad de amor a Dios creador, a los hermanos y hermanas y a todas las criaturas que habitan nuestra misma casa. 

Todo está relacionado así que “el auténtico cuidado de nuestra propia vida y de nuestras relaciones con la naturaleza es inseparable de la fraternidad, la justicia y la fidelidad a los demás» (LS, 70).

2. Un tiempo para regresar y arrepentirnos de haber roto los lazos que nos unían al Creador, a los demás seres humanos y al resto de la creación. Necesitamos volver a Dios, nuestro Creador amoroso, fuente y origen de todas las cosas. 

El Jubileo nos invita a pensar de nuevo en los demás, especialmente en los pobres y a escuchar la voz de la creación, alarmada por la desintegración de la biodiversidad y el desastre climático.

3. Un tiempo para descansar en nuestra carrera de consumo y encontrar estilos de vida que restituyan a la Tierra “el descanso que se merece, medios de subsistencia suficientes para todos, sin destruir los ecosistemas que nos mantienen”.

Según el Papa, la pandemia actual nos ha enseñado que la Tierra es capaz de recuperarse si la dejamos descansar. Necesitamos  examinar nuestros hábitos en el uso de la energía, en el consumo, el transporte y la alimentación.  

4. Un tiempo para reparar la armonía original de la creación, restablecer relaciones sociales equitativas, restituir la libertad y la propiedad a cada uno y perdonar las deudas de los países en vías de desarrollo.    

Es importante restaurar el equilibrio climático y limitar el crecimiento de la temperatura global, promover la solidaridad intrageneracional e intergeneracional, restaurar la biodiversidad y proteger a las comunidades indígenas.

5. Un tiempo para alegrarse, porque hay personas, especialmente entre los jóvenes y las comunidades indígenas, que tratan de responder a la crisis ecológica.  También es motivo de alegría ver numerosas iniciativas, a nivel local y mundial, para el cuidado de los pobres y de la casa común.

Y, sobre todo, es motivo de alegría ver que el Tiempo de la Creación se está convirtiendo en una iniciativa ecuménica. Así que el Papa concluye diciendo: “¡Sigamos creciendo en la conciencia de que todos vivimos en una casa común como miembros de la misma familia!” ¿Cómo no aceptar la invitación?

                                             José-Román Flecha Andrés