lunes, 30 de marzo de 2020

VIA CRUCIS-2020


CARIDAD Y SOLIDARIDAD

         Ateniéndonos a Pablo y al mismo Cristo, hay que considerar la caridad como el primero y mayor de los mandamientos, como la suma de la ley y los profetas. Considero que la parte principal de la caridad es el amor a los pobres y la misericordia y compasión para con nuestros semejantes. No hay culto mejor que pueda tributarse a Dios que el de la misericordia (...) Él que mide justamente y pone la misericordia en la balanza y en la medida premia nuestra benignidad con su benignidad.
San Gregorio Nacianceno. Discurso 14 sobre el amor a los pobres.


 1ª Estación: Jesús es condenado a morir
    
     «Cristo sigue en agonía hasta el final de los tiempos». Y sigue siendo condenado todavía hoy en muchas partes del mundo. Por el color de la piel o por la diferencia de ingresos económicos. Jesús es condenado hoy porque piensa de otra forma o porque resulta incómodo para los dueños de este mundo.
     Jesús Maestro, enséñanos a acoger al otro, con el que Tú has querido identificarte
     Jesús Hermano, no permitas que las personas, las instituciones o la prensa, condenen jamás al inocente.
     Jesús Señor, perdona la superficialidad y la dureza con la que juzgamos a las personas.


2ª Estación:  Jesús carga con la cruz

     Jesús carga todavía hoy con la cruz de la discriminación. En los emigrantes que son despreciados; en los niños que no encuentran plaza en una escuela; en el hombre honrado que por serlo es ridiculizado. Muchos de nosotros tenemos siempre preparada una cruz para cargarla sobre los hombros de un incauto.
     Jesús Maestro, enséñanos a respetar a los más débiles y a hacer que se respeten en nuestro ambiente.
     Jesús Hermano, no nos permitas sembrar aún más dolor a nuestro alrededor.
     Jesús Señor, vuelve compasivo tu mirada a los que ya no pueden con su cruz.


3ª Estación:  Jesús cae por primera vez
    
     Jesús cae por tierra en el niño que recibe el primer escándalo de aquellos que debieran enseñarle los caminos del bien y la verdad. El niño vive un tiempo maravilloso marcado por la curiosidad y la sorpresa. Pero con frecuencia es la maldad lo primero que recibe como lección. Como si el mundo estuviera ya fracasado y no supiera ofrecerle nada mejor.

     Jesús Maestro, enseña a nuestros niños tus caminos de verdad, de justicia y de amor.
     Jesús Hermano, no permitas que escandalicemos a un niño con nuestras palabras o acciones.
     Jesús Señor, atrae hacia ti las miradas nuevas e inocentes de los niños.


4ª Estación:  Jesús encuentra a su madre

     Nuestro mundo adolescente se ha creído demasiado adulto para recibir caricias. Se avergüenza de los sentimientos y sólo sabe comerciar con ellos. Nuestro mundo, sin embargo, está necesitado de un poco de ternura. Jesús contó con la dulzura y la cercanía de su Madre. Nuestro mundo siente la urgente necesidad de encontrar una dulce mirada de compasión en su camino de dolor.
     Jesús Maestro, enseña a las mujeres de hoy a contribuir a la civilización del amor y del consuelo.
     Jesús Hermano, que nuestras leyes, instituciones y voluntariado ayuden a humanizar el mundo.
     Jesús Señor, danos un corazón manso y humilde, semejante al tuyo.

5ª Estación:  Jesús recibe la ayuda de Simón Cireneo

     En las calles de la vida hay algunas personas que jamás son ayudados por nadie. Son como esos peces que se escapan por alguna rotura en las mallas de la red social. Hay personas que van presumiendo de no necesitar ayuda de nadie. Y las hay que sólo encuentran una ayuda obligada, pagada, «de oficio». Y, sin embargo, en muchos hombres y mujeres Jesús sigue necesitando ayudadores generosos y espontáneos.

     Jesús Maestro, enséñanos la sencillez de pedir ayuda a nuestros vecinos.
     Jesús Hermano, empújanos a prestar nuestro apoyo personal e institucional.
     Jesús Señor, a tus manos encomendamos a los que nunca podrán ser ayudados por nadie.

6ª Estación:  Jesús deja su imagen en un lienzo
    
     A los que no saben mirar les extraña esta leyenda de la Verónica. Bastaría abrir los ojos de la fe para ir descubriendo como ella el rostro de Cristo. Ahora no se nos muestra en un lienzo, sino en el rostro de los niños que son utilizados, explotados y maltratados, en el rostro de los enfermos que se sienten solos, en el de los ancianos abandonados y olvidados por sus hijos.

     Jesús Maestro, enséñanos a descubrir tu rostro en las personas que sufren.
     Jesús Hermano, llámanos a enjugar con afecto y con eficacia las lágrimas de los que sufren.
     Jesús Señor, reaviva tu imagen bendita en cada uno de nosotros.

7ª Estación:  Jesús cae por segunda vez en el camino

     Jesús cae por tierra en el joven al que brutalmente se le recortan sus ideales. El joven vive de la esperanza. Y de la ilusión, tal vez. Pero son muchos los que se empeñan en venderle falsas esperanzas o en hacer negocios a costa de sus ilusiones. Mil drogas diferentes lo embotan y ocultan el sentido de la vida. Le robamos su oro para ofrecerle abalorios.

     Jesús Maestro, muestra a los jóvenes los caminos que llevan a la vida, a la generosidad y a la alegría.
     Jesús Hermano, defiende a nuestros jóvenes del engaño de la propaganda y de la manipulación.
     Jesús Señor, mantén siempre en nosotros la esperanza y decisión del espíritu juvenil.

8ª Estación:  Jesús consuela a unas mujeres
    
     En medio de la turbación de la sociedad hay muchas personas que nunca han olvidado lo que significa sentir y compadecer. A pesar de su dolor, el Jesús que vive hoy en los que sufren seguirá descubriendo la llama de la compasión en los hombres y mujeres de nuestro tiempo. Es necesario alimentar la llama de la solidaridad, por pequeña y titubeante que parezca.

     Jesús Maestro, ayúdanos a descubrir a nuestro alrededor corazones sinceros y solidarios.
     Jesús Hermano, «que nadie de nosotros busque tanto ser consolado como consolar».
     Jesús Señor, envía tu Espíritu Consolador tu Iglesia y sobre todos nosotros.

9ª Estación:  Jesús cae por tercera vez

     Jesús cae por tierra también en la persona adulta que es víctima de la mentira y del chantaje. Jesús cae en todos aquellos que, con sola su limpieza, se enfrentan a las maquinaciones de los intereses ajenos. Jesús cae en aquellos que se esfuerzan en mantener sus ideales, a pesar de la propaganda o de las presiones de los fuertes.

     Jesús Maestro, enseña a nuestros hombres y mujeres el alcance de la virtud de la fortaleza.­
     Jesús Hermano, ayúdanos a descubrir las medias verdades con trata de seducirnos la publicidad.
     Jesús Señor, conságranos otra vez para la verdad, como pediste un día al Padre de los cielos.

10ª Estación: Jesús es despojado una vez más

     Entonces como ahora, Jesús es despojado de su casa y de su ciudadanía, de sus vestidos y de su intimidad personal. Jesús es despojado en el anciano al que roban su pensión y en el pisoteado que no encuentra abogados; en el emigrante al que se explota por no estar legalizado, en los niños que trabajan para las multinacionales o en los indios desplazados de la Amazonia. La globalización económica ha de ir unida a la globalización de la solidaridad

     Jesús Maestro, enséñame a amar y promover la justicia social en nuestro mundo
     Jesús Hermano, que nuestros valores humanos y nuestra fe cristiana no nos permitan despojarte de nuevo.
     Jesús Señor, escucha Tú el hondo clamor de todos los despojados de la tierra.

11ª Estación: Jesús es clavado en la cruz

     Aquellos martillazos resuenan todavía. Jesús es clavado cuando un enfermo no es atendido por ser pobre o no conocer a nadie en el hospital. Jesús será clavado a un madero en el hombre que será rechazado por no traer una recomendación. Jesús es clavado por nuestras infinitas miradas de desprecio. Como en el Calvario un día.

     Jesús Maestro, enséñanos a descubrir y defender la dignidad de todo ser humano.
     Jesús Hermano, ayúdanos a respetar a toda persona, sin discriminación.
     Jesús Señor, «por nuestras culpas víctima, atrae hacia ti nuestras miradas.

12ª Estación: Jesús muere en la cruz

     Aquellas tres horas de agonía van a durar por los siglos de los siglos. Porque Jesucristo sigue muriendo. El Justo es injustamente ajusticiado. En un aborto provocado. En un accidente desencadenado por un irresponsable. En una cámara de ejecución. En un cuartucho al que no acuden ni parientes ni vecinos. En un hospital donde se decide que un paciente ya no tiene suficiente calidad de vida y se le debe dar una muerte compasiva. Jesús sigue muriendo hoy.

     Jesús Maestro, enséñanos a anunciar, celebrar y servir el «evangelio de la vida».
     Jesús Hermano, ayúdanos a dignificar la vida y humanizar la muerte.
     Jesús Señor, «en la hora de nuestra muerte, llámanos y mándanos ir a ti».


13ª Estación: Jesús es recogido por su madre

     ¿Nos atreveremos a pensarlo y a decirlo claramente? Jesús fue recogido por su Madre, que lo quería vivo. Pero muchos hombres de hoy nunca serán recogidos por su madre, que los ha querido muertos. Sin duda, el problema es grave y quienes así actúan tienen sus razones. Nunca faltaron razones para no estar al pie de la cruz. María estuvo allí. La Iglesia y los cristianos tendremos que ayudar a prevenir la muerte de los inocentes y ofrecer cercanía y acogida a quienes han pasado por ese drama.

     Jesús Maestro, enséñanos a proteger la vida, especialmente la más desvalida y amenazada.
     Jesús Hermano, ayúdanos a crear leyes e instituciones de acogida a las madres acorraladas.
     Jesús Señor, perdona nuestros pecados contra la vida y nuestra doble moral ante los mismos.


14ª Estación: Jesús es colocado en un sepulcro

     De vez en cuando en algún país del mundo se descubre una fosa común. O se llega a saber que un grupo de desaparecidos fueron arrojados al mar. Los tiranos de siempre tienen miedo a los hombres decididos por un ideal. Pero tienen el mismo terror ante sus sepulcros. Jesús hoy, es torturado y ejecutado de forma sumaria y ni siquiera recibe una sepultura honorable.

     Jesús Maestro, enséñanos a respetar la vida, la memoria y el nombre de las personas que luchan por un ideal.
     Jesús Hermano, ayúdanos a colaborar con las organizaciones que defienden los derechos humanos.
     Jesús Señor, esperamos que Tú seas nuestro descanso final y definitivo en la hora de la tarde.
                                                                                             José-Román Flecha Andrés