“Ponte en marcha y ve a la gran ciudad de Nínive; allí
les anunciarás el mensaje que yo te comunicaré” (Jon 3,1). Ese es el mensaje
que Dios dirige a Jonás para que invite a la conversión a los ninivitas.
El profeta piensa que esa es una misión totalmente
imposible. Nínive es el símbolo de la prepotencia y de la crueldad. Él no se
siente con fuerza para adentrarse en la ciudad que había sembrado el terror en
los pueblos vecinos.
Este breve libro es un cuento delicioso que pone de
relieve la incredulidad del creyente frente a la fe de los paganos, que prestan
atención al mensaje y se convierten. Sirviéndose de rasgos inverosímiles, se
subraya la misericordia de Dios con todos los pueblos.
Efectivamente, “el Señor enseña el camino a los
pecadores”, como proclama el salmo responsorial (Sal 24). Es necesario
prestarle atención.
El
mensaje que Pablo dirige a los Corintios es válido para todos los tiempos. Si
pasa la representación de este mundo, es preciso vivir de otra manera (1 Cor
7,29-31).
DON Y TAREA
En el texto del evangelio de san Marcos que
hoy se proclama (Mc 1,14-20) se menciona como de paso la muerte de Juan el
Bautista. “Después” de este asesinato, Jesús vuelve a Galilea a proclamar el
Evangelio de Dios.
El
texto ofrece un significativo resumen de su mensaje: “Se ha cumplido el
tiempo y está cerca el Reino de Dios.
Convertíos y creed en el Evangelio”. El don de Dios exige la responsabilidad de
la tarea.
• “Se ha cumplido el tiempo y está cerca el
Reino de Dios”. Esta es la propuesta de Dios. En sus manos están el tiempo y
los acontecimientos. Él ha decidido manifestarse como el Señor. Es la hora de
aceptarlo como Rey.
•
“Convertíos y creed en el Evangelio”. Esta es la exhortación que se dirige a
los hombres. Esta es la tarea que de ellos se espera. No hay conversión sin el
ejercicio de la fe. Pero, al mismo tiempo, no vive en la verdad quien pretende
creer sin cambiar de vida.
EL
ENCUENTRO
El
texto evangélico contiene una segunda parte igualmente interesante. Jesús es el
mensajero del Reino de Dios. En realidad se identifica con el mismo Reino. Por
eso busca discípulos que han de ser colaboradores de su misión. Son Simón y su
hermano Andrés, Santiago y su hermano Juan. Tres verbos resumen el encuentro:
•
Jesús los llamó. En tiempos de Jesús, los discípulos buscaban un maestro de la
Ley. En este caso Jesús es el Maestro que elige y llama a sus discípulos.
•
Ellos dejaron los aperos de pesca y hasta su familia. Los pescadores del Lago
de Galilea dejan su profesión y su familia. El futuro prometido vale más que el
pasado.
•
Y se marcharon, siguiendo a Jesús. Nadie deja todo por nada. El seguimiento de
Jesús constituye el centro y el sentido de este nuevo discipulado.
-
Señor Jesús, nos asombra ver los discípulos que eliges para anunciar la llegada
del Reino de Dios. Se ve que tu libertad es tan grande como tu misericordia. Te
rogamos que sigas buscando y llamando también en nuestro tiempo. Tu Iglesia
necesita pescadores humildes y generosos. Bendito seas por siempre. Amén.
José-Román
Flecha Andrés