Is 61,1-2a.10-11
1Ts 5,16-24
Jn 1,
6-8.19-28
DICIEMBRE
14
Hubo un
hombre llamado Juan, a quien Dios envió como testigo, para que diera testimonio
de la luz y para que todos creyesen por medio de él. Juan no era la luz, sino
uno enviado a dar testimonio de la luz. Los judíos de Jerusalén enviaron
sacerdotes y levitas a Juan, a preguntarle quién era. Y él confesó claramente:
“Yo no soy el Mesías”. Le volvieron a preguntar; “¿Quién eres, pues?” ¿El
profeta Elías? “ Juan dijo: “No lo soy”. Ellos insistieron: “Entonces, ¿eres el
profeta que había de venir? Contestó: “No”. Le dijeron: “¿Quién eres, pues?
Tenemos que llevar una respuesta a los que nos han enviado. ¿Qué puedes
decirnos acerca de ti mismo?” Juan les contestó: “Yo soy, como dijo el profeta
Isaías, ‘Una voz que grita en el desierto: ¡Abrid un camino recto para el
Señor!” Los que había sido enviados por los fariseos a hablar con Juan, le
preguntaron: “Pues si no eres el Mesías ni Elías ni el profeta, ¿Por qué
bautizas?” Juan les contestó: “Yo bautizo con agua, pero entre vosotros hay uno
que no conocéis: ese es el que viene después de mí. Yo ni siquiera soy digno de
desatar la correa de sus sandalias”. Todo esto sucedió en el lugar llamado
Betania, al oriente del río Jordán, donde Juan estaba bautizando”.
Preparación: El día 15
de diciembre de 2013 decía el Papa Francisco: “Hoy es el tercer domingo de
Adviento, llamado también domingo de ‘Gaudete’, es decir, domingo de la
alegría. En la liturgia resuena repetidas veces la invitación a gozar, a
alegrarse. ¿Por qué? Porque el Señor está cerca. La Navidad está cercana”. Y añadía poco despues: “La Iglesia no
es un refugio para gente triste, la Iglesia es la casa de la alegria. Y quienes
están tristes encuentran en ella la alegría, encuentran en ella la verdadera
alegría”. Ese es el espíritu de este domingo.
Lectura: • El texto
del libro de Isaías que hoy se lee anuncia a un profeta que recibe el espíritu
de Dios y lo difunde. Además, ofrece las razones que llevan al profeta a gozarse en el Señor. • En el evangelio se recuerda el
interrogatorio al que es sometido Juan Bautista por los emisarios de los
sacerdotes y de los levitas de Jerusalén. Juan responde con verdad y humildad.
No es el profeta anunciado por el Deuteronomío. Y mucho menos es el Mesías.
Pero anuncia la llegada y la presencia del Mesías en medio de los que lo
ignoran..
Meditación: Nos
impresiona saber que Juan Bautista se consideraba tan sólo como una voz que
gritaba en el desierto para exhortar a sus oyentes a convertirse. ¡Y no era
poco! Anunciaba a Jesucristo antes de su aparición en público. Aun antes de la
llegada del Evangelio, Juan era un evangelizador. • Esa es la vocación de todo
creyente en Jesucristo. Una vocación que produce un fruto misterioso, pero
cierto. • A los jóvenes reunidos en Asís, el Papa Francisco les decía: “Llevar
el Evangelio con el testimonio de nuestra vida transforma el mundo”
(4.10.2013).
Oración: Señor
Jesús, con el gozo de la esperanza nos preparamos con alegría para la
celebración de tu Nacimiento. Que no te recibamos de manera indigna. Que te
aceptemos siempre como el que eres. Que te acojamos comoa nuestro Salvador.
Amén.
Contemplación: La
sinceridad y la palabra de Juan Bautista nos interpelan profundamente a todos
los cristianos. • Su sinceridad, porque no se arroga ni acepta honores que no
le corresponden. • Y su palabra, porque exhorta a sus oyentes a descubrir al
Señor, que está ya presente en medio de ellos. Como haciéndonos eco de su
mensaje, también nosotros abrimos nuestros ojos para tratar de descubrir y
contemplar al Señor, que está ya entre nosotros.
Acción: Hoy podemos
preguntarnos cómo podemos descubrir al Señor, que está entre nosotros.
Necesitamos que el Espíritu de Dios venga a purificar nuestra mirada.
José-Román Flecha Andrés